¿Qué es la rizartrosis?
La rizartrosis o artrosis de la articulación trapeciometacarpiana del dedo pulgar, es una de las patologías degenerativas más frecuentes que afectan a las articulaciones de la mano y la muñeca y es un motivo de consulta muy habitual en la consulta del traumatólogo y más concrétamente del cirujano de la mano.
Debido a que la mano humana, es el instrumento que utilizamos para poder realizar multitud de tareas, el padecimiento de una rizartrosis conlleva una gran afectación de nuestra vida diaria ya que acciones como manipular, coger, levantar o sujetar objetos pueden producir dolor intenso y si es avanzada puede constituir una importante limitación de dichas funciones. Al mismo tiempo, el pulgar forma parte, junto al dedo índice, de la conocida como “pinza inteligente”, la cual, nos ha permitido evolucionar como especie al permitirnos utilizar y manipular objetos delicados y realizar fuerza concentrada en un punto seleccionado.
¿Cuáles son sus causas?
El sobreuso, la edad, la profesión, ciertos deportes y algunas patologías determinadas, pueden producir la degeneración o desgaste de la articulación de la base del pulgar que se conoce como rizartrosis apareciendo más frecuentemente en mujeres de edad postmenopáusica.
¿Qué síntomas presenta quien que lo padece?
Los pacientes afectados por la rizartrosis refieren dolor en la zona de la muñeca desde donde emerge el pulgar y que aparece al coger y utilizar objetos. Este dolor provoca que no se puedan coger los objetos con fuerza y poco a poco se pierda movilidad en el pulgar.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de esta patología es fundamentalmente con la exploración clínica, apoyado con pruebas de imagen que nos muestran la afectación de la articulación y signos de artrosis.
¿Cuál es su tratamiento?
El tratamiento de la rizartrosis depende del grado de afectación que produzca y del estadio en que se encuentre la enfermedad. Este estadio se clasifica en función de la afectación que se observa en las radiografías. En los primeros estadios, lo que se busca con el tratamiento es aliviar el dolor, utilizando fármacos antiinflamatorios y analgésicos bien por vía oral o mediante infiltraciones dentro de la articulación, junto a férulas u órtesis que mantengan inmovilizado el pulgar. En los estadios más avanzados, estas medidas más conservadoras no son suficientes y se debe realizar un tratamiento quirúrgico. Existen numerosas técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la rizartrosis la utilización de una de ellas depende sobre todo de las necesidades del paciente, y de la preferencia y habilidad del cirujano. En los últimos años se han puesto de moda las técnicas mínimamente invasivas que consiguen los mismos resultados que las técnicas tradicionales.
En nuestro equipo realizamos la cirugía de la rizartrosis mediante técnicas artroscópicas que nos proporcionan una visión directa de la articulación pudiendo trabajar en ella con dos o tres pequeñas incisiones de unos 5 milímetros. El procedimiento quirúrgico artroscópico permite realizar diversas técnicas con un menor dolor postoperatorio, menos cicatriz quirúrgica con un mejor resultado estético y menor riesgo de lesionar los ligamentos y nervios de la articulación con una recuperación más precoz de la sintomatología a la vez que no nos cierra la puerta a poder realizar cualquier intervención más agresiva en el futuro,en caso de que la evolución no fuera la deseada.
La enorme satisfacción de los pacientes con su rápida recuperación y retorno a las actividades deportivas y laborales, con una disminución del dolor y recuperación de la fuerza, nos hacen defender la utilización de esta técnica siempre que sea posible.