¿Conocéis el POOPING DUCK SIGN o signo de pato defecando?

Es uno de los signos más peculiares que nos aporta la patología del carpo e indica una fractura dorsal del hueso triquetrum o piramidal donde el fragmento fracturado y avulsionado de la corteza dorsal del triquetrum se proyecta a lo largo del borde dorsal de los huesos del carpo. En este signo, el fragmento dorsal de fractura representa la «caca» del pato. El pato es creado por la confluencia de las imagenes de los huesos de la fila proximal del carpo, que incluyen: el escafoides (cabeza y cuello del pato), semilunar (cuerpo y alas del pato) y la cortical dorsal del triquetrum (cola del Pato). 

Dentro de las fracturas de los huesos del carpo, las fracturas del hueso piramidal constituyen una entidad poco frecuente,
pero que pueden dar lugar a importantes secuelas funcionales, por lo que es importante tener en cuenta su existencia y tratarlas adecuadamente. La fractura del piramidal representa el 13% de las fracturas de los huesos del carpo, y es la segunda más frecuente tras la fractura del escafoides. Suele asociarse a otras lesiones, como fracturas del extremo distal
del radio y luxaciones perilunares. El mecanismo de lesión consiste en una rotación o torsión de la muñeca, una fuerza
de cizalla que conlleva un pinzamiento del ganchoso sobre la parte posterorradial del piramidal, una caída sobre la muñeca en extensión y desviación ulnar, un impacto directo sobre la estiloides ulnar, o un traumatismo directo sobre el dorso del carpo. El mecanismo más común de las fracturas de la cortical dorsal es por impactación. A menudo permanecen asintomáticas a pesar de que el fragmento de cortical dorsal permanezca sin consolidar. Su tratamiento es quirúrgico sólo si existe un fragmento doloroso residual no susceptible de osteosíntesis y consiste en una escisión-desbridamiento por vía artroscópica. Las fracturas por avulsión de la cortical dorsal suelen afectar al sitio de inserción de los ligamentos dorsales intercarpianos y radiopiramidales; de este modo, pueden representar una forma menor de una lesión perilunar inversa. Generalmente, estas fracturas causan poca morbilidad y pueden ser tratadas mediante inmovilización con yeso durante seis semanas.

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